El uso de pantallas en niños menores de 6 años preocupa a pediatras, educadores y familias. La exposición temprana a dispositivos digitales puede afectar el desarrollo cognitivo, emocional y social de los más pequeños.
Aunque las pantallas forman parte de la vida cotidiana, su uso sin control puede tener consecuencias negativas a largo plazo.
Uso de pantallas en menores de 6 años: riesgos y consejos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda evitar totalmente el uso de pantallas en menores de 2 años, salvo para videollamadas ocasionales. Entre los 2 y los 5 años, se sugiere limitar el tiempo de pantalla a una hora al día como máximo, y siempre con supervisión de un adulto (OMS, 2019).
En línea con estas recomendaciones, la American Academy of Pediatrics (AAP) aconseja un uso muy limitado y siempre acompañando al niño, para fomentar la comprensión y evitar la exposición pasiva (AAP, 2016).
Consecuencias del uso excesivo
Múltiples investigaciones alertan sobre el impacto negativo del uso excesivo de pantallas en la infancia temprana. Un estudio publicado en JAMA Pediatrics en 2019 asoció un mayor tiempo de pantalla en niños de 2 y 3 años con retrasos en el desarrollo a los 5 años, especialmente en habilidades del lenguaje, motricidad y resolución de problemas (Madigan et al., 2019).
Otras investigaciones destacan:
- Dificultades en el control de impulsos y atención (Christakis, 2004, Pediatrics)
- Trastornos del sueño por la exposición a la luz azul antes de dormir (Hale & Guan, 2015, Sleep Health)
- Mayor riesgo de obesidad infantil por sedentarismo prolongado (Fitzpatrick et al., 2012)
No todo es negativo: el rol del contenido y la compañía
El problema no es solo cuánto tiempo pasan los niños frente a una pantalla, sino qué ven, cómo lo ven y con quién. La AAP destaca que los medios digitales pueden tener beneficios educativos si se usan de forma activa y compartida. Ver contenidos de calidad junto a un adulto, hacer preguntas y relacionarlo con el entorno real, potencia el aprendizaje y la comprensión.
Esto se alinea con el concepto de “co-viewing” o visualización conjunta, que mejora la comprensión del contenido, el desarrollo del lenguaje y la interacción emocional con los cuidadores.

Recomendaciones para las familias
- Retrasar lo máximo posible el primer contacto con pantallas.
- Establecer límites claros de tiempo y contenido.
- Priorizar el juego libre, el contacto humano y la lectura.
- Evitar pantallas durante las comidas y al menos una hora antes de dormir.
- Dar ejemplo: el uso adulto influye directamente en el comportamiento infantil.
El uso de pantallas en niños menores de 6 años debe ser moderado, acompañado y consciente. Las tecnologías no son enemigas, pero no deben sustituir las experiencias fundamentales para el desarrollo infantil, como el juego libre, el vínculo emocional y la exploración del mundo real. Con una supervisión adecuada y límites razonables, es posible integrar la tecnología de forma saludable en la vida de los más pequeños.