Cada 23 de septiembre se celebra el Día Internacional de las Lenguas de Señas, una jornada proclamada por la ONU en 2017.
El objetivo de esta celebración es visibilizar la riqueza cultural y la importancia de este medio de comunicación para más de 70 millones de personas sordas en el mundo.
Día Internacional de las Lenguas de Señas: un idioma que abre puertas
En España, la efeméride cobra un sentido especial, ya que existen dos lenguas de signos reconocidas oficialmente: la lengua de signos española (LSE) y la lengua de signos catalana (LSC).

Un idioma con identidad propia
Lejos de ser una mera herramienta de apoyo, la lengua de signos es un idioma con gramática, léxico y expresividad propios. A través de gestos, movimientos de manos, expresiones faciales y corporales, se transmite no solo información, sino también emociones y matices. La comunidad sorda reivindica que se trate como cualquier otra lengua, con derecho a enseñanza, difusión y uso en la vida pública.
“Hablar en lengua de signos es hablar en un idioma completo y legítimo. Su reconocimiento significa inclusión real”, subrayan desde la Federación Mundial de Personas Sordas (WFD), impulsora de la conmemoración.
Avances y desafíos en España
En 2007 se aprobó en España la Ley de Lengua de Signos y de Medios de Apoyo a la Comunicación Oral, que reconoce y protege la LSE y la LSC. Desde entonces, se han dado pasos importantes:
- Intérpretes en el ámbito educativo y en algunos servicios públicos.
- Emisión de informativos signados en RTVE y televisiones autonómicas.
- Inclusión de la lengua de signos en campañas institucionales y actos oficiales.
Sin embargo, las asociaciones de personas sordas advierten de que la igualdad todavía no es plena. Denuncian la falta de intérpretes en sanidad y justicia, así como la necesidad de una mayor presencia en universidades y espacios culturales.
Más allá de la comunicación: cultura y comunidad
El Día Internacional también es una oportunidad para resaltar la cultura sorda, con su literatura, teatro y poesía signada. Estas manifestaciones artísticas demuestran que la lengua de signos no solo sirve para transmitir mensajes, sino que constituye un vehículo de identidad y creatividad.
“Cuando signamos poesía o narramos historias, no solo nos comunicamos; compartimos una forma única de ver el mundo”, explican desde asociaciones culturales de personas sordas.
Un compromiso global
La ONU recuerda que el acceso a la lengua de signos es un derecho humano. Por eso, insta a los gobiernos a garantizar su enseñanza desde edades tempranas, ya que el aprendizaje precoz reduce las barreras educativas y sociales. La celebración del 23 de septiembre coincide con la creación, en 1951, de la Federación Mundial de Personas Sordas, lo que convierte la fecha en un símbolo de lucha y unidad.
El Día Internacional de las Lenguas de Señas no es solo un homenaje: es un recordatorio de que la inclusión empieza por reconocer el derecho a comunicarse en igualdad de condiciones. Mientras queden barreras de acceso, la conmemoración seguirá siendo también un acto reivindicativo.