La reforma fiscal del Gobierno incluirá una subida de impuestos al diésel que provocará un aumento directo del precio del combustible, con el objetivo de igualar su tributación a la de la gasolina y cumplir compromisos con la Unión Europea.
El Ejecutivo trabaja en un ajuste del Impuesto Especial de Hidrocarburos que eliminaría la ventaja fiscal histórica del gasóleo.
La reforma fiscal del Gobierno subirá el precio del diésel
Esta modificación supondría un incremento de algo más de 11 céntimos por litro, IVA incluido, lo que impactaría de forma inmediata en el bolsillo de millones de conductores y en sectores estratégicos como el transporte por carretera.
Equiparación fiscal entre gasolina y diésel
Actualmente, el diésel soporta una carga impositiva inferior a la de la gasolina. La reforma fiscal que prepara el Gobierno pretende equiparar ambos gravámenes, una medida que Bruselas lleva años reclamando a España por considerar que el gasóleo recibe un trato fiscal favorable pese a su mayor impacto contaminante.
Desde el Ministerio de Hacienda defienden que esta subida responde a una corrección de distorsiones fiscales y a una política orientada a desincentivar el uso de combustibles fósiles. La medida forma parte de los compromisos incluidos en el Plan de Recuperación, vinculados a la recepción de fondos europeos.
Impacto directo en conductores y empresas
El encarecimiento del diésel afectará especialmente a los hogares que dependen del vehículo privado, muy numerosos en provincias como Ourense, donde las alternativas de transporte público son limitadas en el ámbito rural.
El sector del transporte profesional será uno de los más perjudicados. El gasóleo representa una parte esencial de sus costes operativos y cualquier incremento sostenido podría trasladarse a los precios finales de productos y servicios. Las asociaciones del sector reclaman medidas compensatorias o una aplicación gradual para evitar un impacto brusco en la actividad económica.
Efectos sobre precios e inflación
La subida del diésel no solo repercutirá en los surtidores. El transporte por carretera es clave en la cadena logística, por lo que el aumento del combustible podría influir en el precio de alimentos, bienes de consumo y materiales industriales.
Economistas advierten de que, si el alza se traslada íntegramente al consumidor, podría generar presiones inflacionistas en determinados sectores, especialmente en un contexto de recuperación económica aún frágil.
Tramitación política y calendario
El Gobierno ya intentó introducir esta subida en anteriores paquetes fiscales, sin lograr apoyos suficientes en el Congreso. En esta ocasión, el Ejecutivo busca integrarla dentro de una reforma fiscal más amplia, con el horizonte puesto en 2025.
La aprobación parlamentaria será clave para definir el calendario definitivo y el alcance final de la medida. Mientras tanto, el debate político y social continúa, con posiciones enfrentadas entre quienes defienden la transición ecológica y quienes alertan del impacto económico y territorial de la subida.