El consumo de drogas es un fenómeno global que afecta a millones de personas y deja tras de sí un rastro de sufrimiento, enfermedad y exclusión.
Desde sustancias legales como el alcohol o el tabaco hasta drogas ilegales como la cocaína, el cannabis o las nuevas drogas sintéticas, el uso indebido de sustancias psicoactivas tiene graves consecuencias a nivel físico, psicológico, familiar y social.
El consumo de drogas: causas, efectos devastadores y cómo combatir esta amenaza social
Entender por qué se consumen, cómo se inicia este camino y qué opciones existen para salir de él es fundamental para afrontar este problema de forma efectiva.

¿Por qué se consumen drogas?
Las causas del consumo de drogas son múltiples y complejas. No existe un único motivo, sino una combinación de factores:
- Sociales y ambientales: presión del grupo, entorno familiar desestructurado, exclusión social, pobreza, desempleo o fácil acceso a las sustancias.
- Psicológicos: ansiedad, depresión, baja autoestima, estrés o la necesidad de evadirse de una realidad que duele.
- Curiosidad o impulso adolescente: muchos jóvenes comienzan por experimentar, por imitar a sus amigos o por creer que así ganarán aceptación social.
- Influencia cultural: cine, música o redes sociales que a menudo romantizan o trivializan el uso de ciertas drogas.
Tipos de drogas y sus efectos
Las drogas pueden clasificarse según sus efectos en el sistema nervioso central:
- Estimulantes (cocaína, anfetaminas, cafeína): aumentan la actividad cerebral, provocan euforia, pero también ansiedad, insomnio y riesgos cardíacos.
- Depresoras (alcohol, heroína, benzodiacepinas): ralentizan el cuerpo, generan sensación de relajación, pero pueden producir dependencia, coma o muerte.
- Alucinógenas (LSD, setas, MDMA): alteran la percepción de la realidad, provocando visiones, cambios emocionales intensos y a veces brotes psicóticos.
- Cannabis: tiene efectos mixtos, puede actuar como depresor, estimulante o alucinógeno según la dosis y la persona.
¿Cuándo y cómo empieza el consumo?
El inicio suele darse en la adolescencia, entre los 13 y los 16 años, normalmente con sustancias legales como el alcohol o con cannabis. Las primeras experiencias suelen ocurrir en contextos festivos o de ocio, y muchos jóvenes no perciben riesgos reales en el consumo ocasional.
Con el tiempo, la frecuencia puede aumentar y dar paso a una dependencia que afecta todos los aspectos de la vida: salud, relaciones, rendimiento académico o laboral y bienestar emocional.
Consecuencias: la cara oculta del consumo
1. A nivel de salud
- Deterioro del sistema nervioso, hepático, cardiovascular o respiratorio.
- Mayor riesgo de enfermedades infecciosas como VIH o hepatitis por consumo intravenoso.
- Aparición de trastornos mentales como depresión, ansiedad, psicosis o esquizofrenia.
- Riesgo de sobredosis, en ocasiones mortales.
2. A nivel familiar
- Conflictos constantes, rupturas de vínculos afectivos, violencia doméstica.
- Angustia emocional de los padres y seres queridos.
- Familias enteras desgastadas por la culpa, el miedo y la impotencia.
3. A nivel social
- Abandono escolar, pérdida de empleo, marginación.
- Conductas delictivas para conseguir droga.
- Estigmatización, exclusión y deterioro del tejido comunitario.
¿Es posible dejarlo? Tratamientos y salidas
Sí, es posible. Pero no es fácil ni rápido. Salir de una adicción requiere apoyo profesional, acompañamiento familiar y una fuerte voluntad de cambio.
Los tratamientos suelen incluir:
- Desintoxicación médica supervisada, con fármacos que mitigan los síntomas del síndrome de abstinencia.
- Terapia psicológica, individual o grupal, para afrontar las causas profundas del consumo.
- Programas de rehabilitación y reinserción, que ayudan a reconstruir hábitos saludables, recuperar vínculos y reinsertarse en la vida laboral y social.
En España, existen numerosos recursos públicos y privados para la atención a personas con problemas de adicción: centros de salud mental, unidades de conductas adictivas (UCAs), asociaciones como Proyecto Hombre, Alcohólicos Anónimos, Cruz Roja o Fundación Atenea.
Campañas de prevención: educar para salvar vidas
La prevención es clave. Campañas institucionales, escolares y comunitarias buscan:
- Concienciar sobre los riesgos reales de las drogas.
- Promover alternativas de ocio saludable.
- Fortalecer habilidades emocionales para resistir la presión del grupo.
- Mostrar testimonios de personas que han superado la adicción.
En Galicia, por ejemplo, iniciativas como “Panos brancos contra a droga”, impulsada por la FEGAMP, ponen el foco en la educación y la implicación de toda la sociedad.

Problema colectivo, solución compartida
El consumo de drogas no es solo una cuestión de elección personal, sino una consecuencia de múltiples carencias, heridas y desigualdades sociales. Combatir esta realidad exige un enfoque integral, que combine educación, asistencia sanitaria, acompañamiento social y políticas públicas comprometidas.
El silencio, el estigma y la indiferencia solo agravan el problema. La información, el apoyo y la empatía son las herramientas para frenarlo. Nadie está libre de caer, pero todos podemos ayudar a levantarse.