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El Couto Mixto: la república olvidada entre España y Portugal

El Couto Mixto: la república olvidada entre España y Portugal.

En lo profundo de la frontera entre Galicia y Portugal, un pequeño territorio mantuvo, durante siglos, una singular independencia que lo convirtió en una especie de «república» en medio de dos grandes monarquías.

Este enclave, conocido como couto mixto, fue durante más de 700 años una anomalía jurídica, un territorio autónomo que escapaba al control de los reinos de España y Portugal.

El Couto Mixto: la república olvidada entre España y Portugal

Hoy, su historia apenas es conocida fuera de la región, pero su legado sigue siendo un fascinante capítulo de la historia fronteriza europea.

El Couto Mixto: la república olvidada entre España y Portugal

Un territorio fuera del control de los reyes

El Couto Mixto estaba compuesto por tres pequeñas aldeas: Santiago de Rubiás, Meaus y Rubiás, situadas entre la provincia de Ourense, en Galicia, y la región portuguesa de Trás-os-Montes. Durante siglos, esta región gozó de una serie de privilegios que la separaban del resto del mundo. Sus habitantes podían elegir si querían ser súbditos del rey de España o del rey de Portugal, una decisión que no solo definía su identidad, sino también sus derechos y obligaciones.

Este estatus especial permitió que el Couto Mixto se convirtiera en un refugio para quienes querían escapar del peso de las monarquías: allí no se pagaban impuestos, no se realizaba el servicio militar y, además, sus habitantes no estaban sometidos a las leyes ni de España ni de Portugal. El territorio era, en efecto, un espacio libre en una Europa donde el control estatal sobre las personas y los territorios era absoluto.

Un gobierno autónomo y democrático

Uno de los aspectos más sorprendentes del Couto Mixto era su sistema de autogobierno. Los habitantes de las tres aldeas elegían democráticamente a un juez o xuíz, que se encargaba de representar a la comunidad y de administrar la justicia. Este juez no dependía de los reyes ibéricos, sino de los propios vecinos del Couto, quienes mantenían así un sistema de administración interna único en la península ibérica.

Otra curiosidad era el arcón de tres llaves, una especie de caja fuerte comunal donde se guardaban los documentos más importantes de la región. Las tres aldeas compartían la custodia de esta caja, lo que simbolizaba la unidad y la autonomía del territorio.

Refugio de fugitivos y comercio libre

Debido a su estatus especial, el Couto Mixto también se convirtió en un refugio para aquellos que huían de la justicia en España o Portugal. Al estar fuera del alcance de las leyes de ambos países, muchos fugitivos encontraron en estas aldeas una escapatoria de las autoridades, contribuyendo al misticismo de este pequeño territorio.

El Couto Mixto también disfrutaba de libertades comerciales. Gracias a la ausencia de impuestos y aranceles, los productos podían circular libremente entre las aldeas y las regiones vecinas, lo que fomentaba el comercio en una zona rural donde las oportunidades económicas eran limitadas.

El fin de una república olvidada

Este particular régimen de libertades llegó a su fin con la firma del Tratado de Lisboa de 1864, cuando España y Portugal decidieron fijar de una vez por todas la frontera entre ambos países. Con este tratado, el Couto Mixto fue absorbido por el Reino de España y sus privilegios desaparecieron progresivamente. Las tres aldeas pasaron a formar parte del municipio de Baltar, en la provincia de Ourense, y su singularidad política se desvaneció con el tiempo.

El Couto Mixto: la república olvidada entre España y Portugal

Un legado que aún vive

Aunque hoy en día el Couto Mixto ya no existe como entidad política, su historia sigue viva en la memoria colectiva de la región. Para los habitantes de estas aldeas, su pasado sigue siendo motivo de orgullo, un testimonio de una época en la que un pequeño grupo de pueblos pudo vivir al margen del poder de los reyes y disfrutar de una libertad extraordinaria.

El Couto Mixto es un recordatorio de cómo las fronteras y la política pueden generar espacios únicos y excepcionales en la historia, y su legado sigue siendo objeto de estudio y admiración. En un mundo cada vez más globalizado y controlado por estados centralizados, la historia de esta «república olvidada» ofrece una visión distinta de lo que significa la soberanía y la libertad.

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