Los países occidentales atraviesan un momento de inflexión en su relación con Israel y Palestina.
La ofensiva israelí sobre Gaza y la crisis humanitaria que ha provocado han llevado a varios gobiernos a modificar una política históricamente alineada con Tel Aviv, introduciendo sanciones, embargos de armas e incluso planteando el reconocimiento oficial del Estado palestino.
Gaza provoca el mayor distanciamiento de Occidente con Israel en décadas
El actual ciclo de violencia se desencadenó el 7 de octubre de 2023, cuando el grupo islamista Hamás lanzó un ataque sorpresa contra Israel desde la Franja de Gaza.
Un conflicto que estalló en 2023 y no se ha detenido
La ofensiva incluyó el lanzamiento masivo de cohetes y la infiltración de combatientes en territorio israelí, causando la muerte de más de mil personas y la captura de decenas de rehenes.
Israel respondió con una operación militar a gran escala sobre Gaza, intensificando bombardeos y decretando un bloqueo total de suministros esenciales. La ofensiva terrestre y aérea provocó una devastación sin precedentes en el enclave, con miles de civiles palestinos muertos y desplazados.
Durante 2024, pese a múltiples llamamientos internacionales a un alto el fuego, la violencia continuó. Israel mantuvo operaciones contra las infraestructuras y líderes de Hamás, mientras se agravaba la crisis humanitaria. Las negociaciones indirectas, mediadas por Egipto, Catar y Estados Unidos, solo lograron treguas parciales y breves intercambios de rehenes.
En 2025, el conflicto se ha recrudecido con la expansión de operaciones israelíes hacia el sur de Gaza y el anuncio del gobierno de Benjamin Netanyahu de asumir un control militar prolongado del territorio, lo que ha desatado críticas generalizadas y ha motivado la reacción diplomática de Occidente.

Diplomacia: de la cautela a la presión
España ha asumido un papel protagonista con la creación del Madrid Group en mayo de 2025, reuniendo a países europeos y árabes para presionar a Israel. El objetivo: exigir el fin del bloqueo a Gaza, un alto el fuego y retomar la vía de la solución de dos Estados.
En la misma línea, el Consejo Europeo aprobó en junio una resolución que insta a detener las hostilidades, garantizar el acceso humanitario y abrir un nuevo diálogo de paz.
Embargos de armas y sanciones
El cambio más significativo se ha producido en el terreno militar. Alemania anunció esta semana la suspensión de todas las exportaciones de material bélico que pueda ser usado en Gaza, rompiendo con décadas de estrecha cooperación.
Países Bajos y Eslovenia habían adoptado medidas similares meses atrás, mientras que el Reino Unido ha recortado un 95 % sus licencias de transferencia de armas, aunque mantiene un suministro limitado.
Reconocimiento de Palestina en el horizonte
Canadá, Francia y Reino Unido exploran la posibilidad de reconocer formalmente al Estado palestino antes de septiembre de 2025, dentro de una conferencia internacional que busca relanzar el proceso de paz. Australia también se plantea este paso.
En Irlanda, un proyecto de ley para prohibir el comercio con territorios ocupados ha reforzado el respaldo político a Palestina, aunque con posibles tensiones con socios estratégicos como Estados Unidos.
Estados Unidos: apoyo a Israel con matices
Pese a su tradicional alianza con Israel, Washington vive un debate interno. El presidente Donald Trump ha expresado preocupación por la situación humanitaria en Gaza, aunque su gobierno vetó en la ONU una resolución que pedía pausas humanitarias, priorizando el derecho de autodefensa israelí.
Críticas por doble rasero
ONG como Amnistía Internacional y Human Rights Watch acusan a varios gobiernos occidentales de mantener un doble discurso: enviar ayuda humanitaria a Gaza mientras continúan suministrando armamento a Israel.
Desde el llamado Sur Global, la percepción es que Occidente aplica criterios diferentes según el conflicto, lo que erosiona su credibilidad internacional.
La relación de Occidente con el conflicto palestino-israelí ya no es la de hace una década. Aunque Israel sigue contando con apoyos sólidos, el aumento de sanciones, los embargos militares y el debate sobre el reconocimiento de Palestina reflejan un cambio de clima político que podría redefinir el tablero diplomático en Oriente Medio.