Cada verano, cuando las llamas devoran miles de hectáreas de monte, la pregunta se repite: ¿y si cogen al culpable, qué le pasa? ¿Pagan una multa? ¿Van a la cárcel? ¿Quedan impunes?
Aunque el Código Penal español contempla penas severas para quienes provocan incendios forestales, la realidad judicial es más compleja.
¿Qué penas hay por provocar un incendio forestal en España? Así actúa la ley contra quienes queman el monte
Pocas veces se logra identificar al culpable, y aún menos veces se dicta una condena firme. Sin embargo, cuando hay pruebas claras, las consecuencias legales pueden ser durísimas.

En este artículo repasamos qué dice la ley, qué penas se aplican y en qué casos se agravan.
El delito de incendio forestal: tipificado en el artículo 352 del Código Penal
En España, provocar un incendio forestal es un delito grave. El Código Penal establece lo siguiente:
Artículo 352.
“Los que incendien montes o masas forestales serán castigados con penas de prisión de uno a cinco años y multa de doce a dieciocho meses.”
Es decir, aunque el incendio no cause víctimas ni daños materiales importantes, solo el hecho de prender fuego al monte ya es delito y conlleva pena de cárcel.
¿Y si hay peligro para personas o viviendas? La pena se agrava
La cosa cambia cuando el fuego pone en riesgo vidas humanas, viviendas o infraestructuras. Entonces entra en juego el artículo 353:
“Si el incendio se hubiere originado en condiciones que perjudiquen gravemente el medio natural o pongan en peligro la vida o integridad de las personas, la pena será de prisión de 10 a 20 años.”
Sí, has leído bien: hasta 20 años de cárcel.
Esto incluye casos como incendios cercanos a pueblos, aldeas o zonas habitadas, fuegos provocados en días de riesgo extremo o incendios que requieren evacuaciones o causan intoxicaciones por humo.
¿Y si no fue intencionado? También puede haber condena
No es necesario tener intención de causar un incendio para acabar imputado. El Código Penal contempla también la imprudencia grave:
Artículo 356.
“Cuando el incendio se cause por imprudencia grave, se impondrá una pena de prisión de uno a cinco años y multa de doce a dieciocho meses.”
Esto afecta a quienes realizan barbacoas o quemas ilegales, usan maquinaria agrícola en días de alto riesgo o no toman medidas básicas de prevención. La ignorancia o el descuido no eximen de responsabilidad penal.
¿Y si se apaga a tiempo? ¿Sigue siendo delito?
Sí. Aunque el incendio no llegue a expandirse, el mero intento de prender fuego al monte ya es delito de tentativa si se demuestra intención.
La pena se reduce, pero sigue siendo penalmente perseguible.
Responsabilidad civil: pagar por los daños puede arruinarte la vida
Además de la pena de cárcel, el condenado debe indemnizar los daños causados:
Gastos de extinción (aviones, helicópteros, brigadas), daños medioambientales, daños a viviendas o propiedades privadas y pérdidas económicas en agricultura, turismo o ganadería.
Se han dado casos de condenados a pagar más de 10 millones de euros por un solo incendio. Y si no pueden pagarlo, sus bienes quedan embargados.
¿Qué pasa con los pirómanos con trastornos mentales?
En algunos casos, se demuestra que el autor sufre una enfermedad mental (como el trastorno piromaníaco). En ese caso:
Puede ser inimputable penalmente, si no comprendía lo que hacía.
En lugar de cárcel, se le impone internamiento en un centro psiquiátrico por tiempo determinado.
Pero hay que demostrarlo con informes médicos. No vale con alegarlo sin pruebas.
¿Cuántos responsables acaban condenados? El gran problema: la impunidad
Aquí está uno de los puntos débiles del sistema. Según datos del Ministerio del Interior y la Fiscalía de Medio Ambiente:
Menos del 5% de los incendios terminan con autor identificado.
A menudo no hay testigos ni pruebas directas.
Los fuegos se inician en zonas aisladas, sin cámaras ni vigilancia.
Por eso, aunque las penas sean duras, la baja tasa de detección hace que muchos se sientan impunes.
Ejemplos reales de condenas por incendios forestales en España
Galicia, 2020: Un hombre fue condenado a 20 años de prisión por provocar un incendio que obligó a evacuar a varias familias en Ourense. Las llamas estuvieron a punto de alcanzar una residencia de ancianos.
Cataluña, 2022: Un agricultor fue condenado a 3 años y medio de cárcel y a pagar 6 millones de euros por una quema ilegal que arrasó más de 500 hectáreas.
Andalucía, 2018: Una imprudencia con una radial causó un incendio en Doñana. El responsable fue condenado a 4 años de prisión.
La vigilancia se refuerza, pero no basta
En los últimos años se han incrementado los sistemas de vigilancia: torres de observación, drones con cámaras térmicas, patrullas forestales, campañas de sensibilización.
Aun así, la superficie es inmensa y los medios son limitados. De ahí la importancia de la colaboración ciudadana y de que cualquier sospecha se denuncie al 062 (Guardia Civil) o al 112.
Conclusión: provocar un incendio puede costarte la libertad y la vida entera
La legislación española es clara y contundente: quien quema un monte se enfrenta a años de cárcel, multas millonarias y una responsabilidad civil que puede durar toda la vida.
Pero la clave no está solo en castigar, sino en prevenir, educar y concienciar. Porque cada fuego evitado es una vida salvada, un monte protegido y un futuro que no se quema.