El cáncer es, sin duda, una de las palabras que más temor genera cuando se pronuncia. Pero, ¿sabemos realmente qué es y por qué aparece?
En esencia, el cáncer es una enfermedad en la que un grupo de células del cuerpo comienza a multiplicarse de forma descontrolada, invadiendo tejidos y órganos.
El cáncer explicado: mitos, avances y esperanza
Estas células anormales pueden formar masas llamadas tumores (en los casos sólidos) o circular por la sangre y el sistema linfático, como ocurre en las leucemias.

Aunque parezca una enfermedad moderna, el cáncer es tan antiguo como la humanidad. Los primeros registros se remontan al Antiguo Egipto, hacia el año 1.500 a.C., donde los papiros médicos ya describían “tumores que no se curan”. Sin embargo, fue el médico griego Hipócrates quien acuñó el término karkinos (cangrejo) para referirse a las masas tumorales, por la forma en que se extendían a los tejidos cercanos, recordando las patas del animal.
Hoy en día se conocen más de 200 tipos de cáncer, dependiendo del órgano o tejido en el que se origine. Los más comunes son el cáncer de mama, pulmón, colon, próstata y piel. Pero también existen otros menos frecuentes, como los de páncreas o cerebro, que suelen ser más agresivos y difíciles de tratar. En general, los cánceres más peligrosos son aquellos que se detectan tarde o que se desarrollan de forma rápida, como el de páncreas, el de pulmón o ciertos tipos de leucemia.
La detección precoz
La buena noticia es que la detección precoz salva vidas. Cuanto antes se diagnostique un cáncer, más posibilidades existen de controlarlo o incluso curarlo. Por eso son tan importantes las pruebas de cribado y los chequeos regulares. Las mamografías, colonoscopias, citologías o análisis de sangre específicos (como el PSA en hombres) permiten descubrir la enfermedad antes de que dé síntomas. Además, los avances en imagen médica —como la resonancia magnética o el PET— y las pruebas genéticas han mejorado enormemente la precisión de los diagnósticos.
En las últimas décadas, la investigación ha cambiado por completo la forma de tratar el cáncer. A la quimioterapia y la radioterapia se han sumado terapias dirigidas que atacan solo a las células tumorales, así como la inmunoterapia, que estimula al propio sistema inmunitario para combatir la enfermedad. En algunos casos, estos tratamientos han transformado el cáncer en una dolencia crónica controlable.
Mitos sobre el cáncer
Aun así, el cáncer sigue rodeado de muchos mitos. Uno de los más comunes es pensar que siempre es una sentencia de muerte. Nada más lejos de la realidad: según la Organización Mundial de la Salud, más del 50% de los cánceres se curan si se detectan y tratan a tiempo. Otro mito es creer que el cáncer “se contagia” o que lo provocan los golpes o el estrés. Lo cierto es que la mayoría de los casos se deben a una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida: el tabaco, la mala alimentación, la falta de ejercicio o la exposición prolongada al sol son algunos de los principales responsables.
Hablar de cáncer no debería ser un tabú. Comprender qué es, cómo se origina y qué herramientas existen para combatirlo es fundamental para reducir el miedo y aumentar la prevención. Porque detrás de cada diagnóstico hay personas que luchan, profesionales que investigan y tratamientos que avanzan cada día un poco más.
El cáncer no es solo una enfermedad: es un desafío colectivo. Y la clave para vencerlo está en la información, la investigación y la detección temprana.