Cajón desastre

Samaín y Halloween: dos fiestas con un mismo origen, pero diferentes caminos

Samaín y Halloween: dos fiestas con un mismo origen, pero diferentes caminos. Cada año, el 31 de octubre, el mundo se viste de disfraces aterradores, se encienden calabazas talladas y las calles se llenan de niños pidiendo dulces en la tradicional noche de Halloween.

Sin embargo, en algunas regiones, como en Galicia, esa misma fecha guarda un significado ancestral con la celebración de Samaín, una festividad que, aunque comparte sus raíces con Halloween, ha seguido un camino distinto.

Samaín y Halloween: dos fiestas con un mismo origen, pero diferentes caminos

En los últimos años, Halloween ha ganado popularidad en lugares donde no era tradicionalmente celebrado, y España no es la excepción. Sin embargo, en regiones como Galicia, el renacimiento de Samaín ha permitido que la gente conecte con su patrimonio cultural, creando una alternativa a la influencia global de Halloween. Ambas festividades, aunque distintas, reflejan una necesidad común: el deseo de recordar y honrar a los muertos, ya sea a través del juego y la diversión o mediante el ritual y la tradición.

Ya sea que elijas disfrazarte y pedir dulces o encender una hoguera para ahuyentar a los espíritus, el 31 de octubre siempre será una noche mágica, cargada de historia y simbolismo. Mientras Halloween sigue conquistando el mundo con su atractivo comercial, Samaín persiste como un recordatorio de nuestras raíces y el poder de la tradición.

Un origen común: el Samhain celta

Ambas celebraciones tienen su origen en la antigua festividad celta de Samhain, que marcaba el fin de la temporada de cosechas y el inicio del invierno, un tiempo de oscuridad y reflexión. Para los celtas, el 31 de octubre era la noche en la que el velo entre el mundo de los vivos y los muertos se volvía más fino, permitiendo que los espíritus cruzaran al mundo terrenal. Esta creencia ha perdurado tanto en Halloween como en Samaín, vinculando ambas festividades con la muerte, los fantasmas y lo sobrenatural.

El camino de Halloween: entre lo comercial y lo festivo

En el siglo XIX, cuando los inmigrantes irlandeses llevaron la tradición del Samhain a Estados Unidos, comenzó la transformación de lo que hoy conocemos como Halloween. Con el tiempo, la festividad adquirió un carácter más festivo y se desligó de sus connotaciones espirituales para convertirse en una fecha popular centrada en el entretenimiento, los disfraces y las golosinas.

Samaín y Halloween: dos fiestas con un mismo origen, pero diferentes caminos

Halloween se ha convertido en una fiesta de gran alcance, celebrada en muchos países, especialmente en el mundo anglosajón, y con un enorme impacto comercial. Las casas se decoran con calabazas talladas, telarañas y esqueletos, y el icónico «truco o trato» moviliza a millones de niños de puerta en puerta, recolectando dulces. Además, las fiestas temáticas para adultos y el mercado de disfraces contribuyen a que Halloween sea una de las festividades más lucrativas del año.

Samaín: la tradición que vive en Galicia

Por otro lado, en regiones como Galicia, la celebración de Samaín ha mantenido una conexión más estrecha con sus raíces celtas. Aunque la fiesta cayó en desuso durante varios siglos, en las últimas décadas ha resurgido como parte de un movimiento para recuperar y preservar las tradiciones culturales gallegas. En Samaín, se siguen encendiendo hogueras para ahuyentar a los espíritus malignos, y las calabazas también juegan un papel importante, pero el enfoque sigue siendo más espiritual y menos comercial.

Samaín y Halloween: dos fiestas con un mismo origen, pero diferentes caminos

Samaín no tiene la comercialización masiva que caracteriza a Halloween, y en lugar de disfrazarse para ir de casa en casa, los gallegos optan por actividades más tradicionales, como rituales de protección y ofrendas a los muertos. En algunos pueblos, se celebran procesiones y eventos comunitarios que buscan mantener viva la esencia de esta festividad ancestral.

Similitudes y diferencias que definen

Pese a sus diferencias, Halloween y Samaín comparten elementos clave: el uso de luces o fuegos para guiar a los espíritus, la presencia de lo sobrenatural y la coincidencia en la fecha. Sin embargo, el tono que cada una ha adoptado con el tiempo es lo que las distingue. Mientras que Halloween es una fiesta vibrante y lúdica, centrada en el disfraz y la diversión, Samaín mantiene un carácter más íntimo y vinculado a los ciclos de la naturaleza, el recuerdo de los difuntos y las tradiciones locales.


Este 31 de octubre, ¿celebrarás Halloween o Samaín?

Botón volver arriba