Durante el régimen franquista en España (1939-1975), el carnaval experimentó una serie de restricciones y limitaciones debido a la política autoritaria y conservadora del gobierno de Francisco Franco.
Bajo el régimen franquista, las autoridades intentaron controlar y regular las festividades populares, incluido el carnaval.
El carnaval durante el franquismo
Esta medidas tenían como finalidad mantener el orden y promover los valores del nacionalismo español y del catolicismo. Se impusieron ciertas restricciones sobre las actividades festivas que se consideraban contrarias a la moral y la ideología del régimen.
Durante estos años, el carnaval español se vio afectado por la censura y la prohibición de ciertas prácticas y expresiones consideradas subversivas o contrarias al régimen. Las autoridades franquistas desalentaron los disfraces y las representaciones que pudieran interpretarse como críticas al gobierno o como una burla de la autoridad.
A pesar de estas restricciones, en algunas regiones de España, especialmente en zonas rurales o en comunidades donde las tradiciones carnavalescas eran arraigadas, la gente continuaba celebrando el carnaval de manera más discreta, manteniendo viva la tradición a pesar de las limitaciones impuestas por el régimen.
Sin embargo, fue durante la Transición Española, después de la muerte de Franco en 1975, cuando el carnaval experimentó un resurgimiento y un retorno a sus expresiones más libres y festivas, reflejando los cambios políticos y sociales que se estaban produciendo en España hacia una sociedad más abierta y democrática.