La cultura y el covid-19 no son una buena combinación. En realidad, ningún sector que mezclemos con el covid-19 sale bien parado salvo que fabriquemos mascarillas, geles hidroalcohólicos o ataúdes.
El covid-19 está siendo letal para el mundo de la cultura, un sector para el que todos los años son de supervivencia se enfrenta ahora a un auténtico armagedón.
Rodea y acompaña nuestras vidas, nos influye y riega nuestro interior desde la más temprana edad para crear en nosotros un espíritu sensible y creativo.
La cultura es pintar y ver un cuadro, es tocar y escuchar un concierto, es ser actor y sentir viendo una película, la cultura somos nosotros.
Cada uno en su papel, cada uno con una valoración distinta, pero todos en el fondo de nuestro ser, somos cultura. Lo hemos sentido desde el principio de nuestro camino, las primeras canciones, los primeros dibujos, los primeros cuentos… la cultura es universal y no podemos escapar de su abrazo.
El covid-19 ha supuesto un golpe duro para el espacio cultural, quizás incluso definitivo para una parte del sector que no podrá resistir tantos meses de ayuno.
Conciertos suspendidos, museos cerrados, eventos cancelados y así hasta el infinito, un reguero de mazazos. Un sector al que ya acompañaba como forma de vivir la precariedad y la temporalidad.
Un sector que en sus buenos años sobrevivía y este año se enfrenta a algo nunca visto. Toca resistir, reinventarse si es posible y sobre todo, seguir creando.
Por que la cultura es crear, es no detenerse a pesar de las dificultades, dar el primer paso buscando esa meta que queremos alcanzar.
Pero la cultura también es acompañar, apoyar al sector, asistir a los conciertos, no cancelar actividades. La cultura es mantener esa mano tendida para dar soporte a un ecosistema necesario en nuestras vidas.
Quizás en los próximos meses el covid-19 sea un mal recuerdo, una ingrata pesadilla. Quizás, poco a poco, paso a paso, con tesón y sin desfallecer, el mundo de la cultura se recupere con más fuerza.
Como decíamos, la cultura y el covid-19 no es una buena combinación, esperemos que cuando separen sus caminos, sea la cultura la que continúe un camino firme y fuerte.
La cultura somos todos.