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La historia de la tortura en España

La historia de la tortura en España: desde la Inquisición a la Dictadura y su representación en Museos.

España ha sido escenario de episodios históricos en los que la tortura jugó un papel central para consolidar el poder político o religioso, desde la Inquisición hasta la dictadura franquista.

La historia de la tortura en España

Aunque estos tiempos oscuros han quedado atrás, hoy existen diversos museos en España y Europa que muestran los dispositivos y métodos de tortura. Estos espacios buscan educar sobre la historia y las consecuencias de estas prácticas para la sociedad.

La Tortura en la Época de la Inquisición Española (1478-1834)

La Inquisición Española, establecida en 1478 por los Reyes Católicos, marcó uno de los periodos más oscuros de la historia española. La institución fue creada para perseguir a quienes profesaban otras religiones, especialmente a judíos conversos y musulmanes sospechosos de practicar en secreto su fe, así como a protestantes y herejes. Los inquisidores se valían de la tortura como método para obtener confesiones y reafirmar la unidad religiosa bajo el catolicismo.

Entre los métodos de tortura más comunes se encontraban el potro, una estructura en la que se estiraban las extremidades del prisionero hasta causar desgarros y dislocaciones, y la garrucha, un sistema de colgamiento que provocaba dolor en las articulaciones al levantar al prisionero atado de las muñecas, lo cual a menudo resultaba en dislocaciones de hombros. Otro método infame fue el tormento del agua, en el que el prisionero era forzado a tragar grandes cantidades de agua mientras un paño cubría su boca, generando una sensación de asfixia que buscaba doblegar su voluntad.

La historia de la tortura en España

A pesar de que el derecho canónico prohibía mutilaciones o tortura que causara la muerte, la Inquisición aplicaba estas técnicas con una precisión burocrática. Cada sesión de tortura era documentada detalladamente, y las confesiones obtenidas bajo tortura debían ser «ratificadas» de manera voluntaria por el prisionero. Este sistema buscaba aparentar justicia, aunque en realidad era un instrumento para consolidar el control religioso y social. Las secuelas psicológicas y físicas de la tortura eran devastadoras y dejaban una profunda huella en quienes sobrevivían al proceso inquisitorial.

La tortura en el Franquismo y su fin oficial en la Democracia

Aunque la Inquisición fue abolida en 1834, la tortura reapareció en el siglo XX bajo el régimen franquista, dirigido por el dictador Francisco Franco. Durante este periodo, las prácticas de tortura se usaron como un método de represión política contra disidentes, activistas, sindicalistas y separatistas. Los métodos de tortura en esta época incluían desde palizas y descargas eléctricas hasta el “submarino”, una técnica que provocaba asfixia al sumergir la cabeza del prisionero en agua sucia. La dictadura buscaba mantener el control mediante la imposición del miedo, utilizando la tortura para socavar cualquier forma de resistencia.

Con la llegada de la democracia en 1975, la tortura fue oficialmente prohibida en España. Sin embargo, informes de organizaciones como Amnistía Internacional han señalado casos de malos tratos en interrogatorios policiales durante las primeras décadas de la democracia, especialmente en conflictos de terrorismo y narcotráfico.

Museos de la tortura: un testimonio de la Historia Oscura

Hoy en día, varios museos en España y Europa recogen esta historia. Su objetivo es preservar la memoria de aquellos tiempos y alertar sobre el impacto devastador de estas prácticas. Algunos de los museos más destacados en España y en el continente europeo incluyen:

Museo de la Tortura de Santillana del Mar (Cantabria, España)

Situado en la villa medieval de Santillana del Mar, este museo alberga una amplia colección de instrumentos de tortura utilizados tanto en la Inquisición como en otras épocas. Desde el potro y la rueda hasta la garrucha, el museo ofrece una visión de la brutalidad de estos métodos. Al mismo tiempo, busca educar sobre el sufrimiento humano infligido por el poder absoluto.

Museo Europeo de la Tortura en Ripoll (Cataluña, España)

Este museo cuenta con una colección extensa de instrumentos de tortura medievales. También muestra exhibiciones sobre el contexto histórico y social que llevó a su uso. Su objetivo es sensibilizar al público sobre las prácticas de tortura en Europa y recordar la importancia de la defensa de los derechos humanos.

Museo de la Inquisición de Toledo (Castilla-La Mancha, España)

Este museo presenta una visión detallada de los métodos de tortura y castigo empleados durante la Inquisición Española. Además, ofrece información sobre la evolución histórica de la Inquisición y su impacto en la vida cotidiana de la época.

Museo de la Tortura de Carcassonne (Francia)

Este museo está ubicado en la ciudad medieval de Carcassonne y exhibe diversos dispositivos de tortura utilizados en toda Europa. Aunque no se centra exclusivamente en la Inquisición, proporciona una perspectiva sobre los métodos de tortura empleados a lo largo de la historia y su impacto en la sociedad.

Museo del Crimen Medieval en Rothenburg ob der Tauber (Alemania)

Aunque está enfocado en el crimen y el castigo en la Edad Media, este museo alemán cuenta con una notable colección de instrumentos de tortura y expone la influencia de la tortura en la justicia medieval europea.

La historia de la tortura en España

Estos museos no solo muestran los dispositivos en sí, sino que también buscan ofrecer un contexto histórico y una reflexión crítica sobre las atrocidades del pasado. Su propósito es sensibilizar al visitante sobre los abusos cometidos y promover la conciencia en la defensa de los derechos humanos en el presente.

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