Entrevistas

Mafalda Soto, de Ourense a África

Mafalda Soto decidió emprender un camino que la llevó desde Ourense a África. Un camino que se fue formando por las circunstancias y le permitió encontrar el lugar en el que poder crear un impacto «con valor añadido» en la sociedad.

La conversación de Ourensenarede con Mafalda Soto nos permitió descubir la acción solidaria de la ONG que lle fundó. Beyond Suncare dedica sus esfuerzos a la protección de las personas con albinismo en África. Protegerles del sol, su peor enemigo, y de una sociedad que les maltrata es un arduo trabajo que esta ourensana lidera con tesón.

Mafalda Soto, de Ourense a África
Mafalda Soto, de Ourense a África

El impacto de Beyond Suncare es integral mediante la implicación de todos los actores que pueden contribuir a mejorar la situación de este colectivo. La educación, la formación, la prevención y el cambio de mentalidad como herramientas fundamentales de trabajo.

Entrevista a Mafalda Soto

La entrevista a Mafalda Soto es posiblemente una de las que más huella nos ha dejado. Conocer de primera mano una problemática tan profunda como es el hecho de nacer con albinismo y al mismo tiempo tan ignorada en nuestra sociedad. La sencillez de Mafalda, su amabilidad y predisposición para atender desde la distancia a Ourensenarede merece nuestro más sincero agradecimiento.

El camino de Mafalda Soto

Mafalda Soto, de Ourense a África
Mafalda Soto, de Ourense a África

¿Cómo es el camino que te lleva desde Ourense a realizar un proyecto en África?

Estudié bachiller en Ourense, en Salesianos, y me fui posteriormente a estudiar Farmacia a Madrid. Cuando tomas una decisión con 17 años, es difícil saber que ese va a ser el camino que te apasione toda la vida. Siempre fui una persona muy activa y curiosa, con ganas de hacer cosas y bastante aventurera. Tras acabar la carrera, hice prácticas en una multinacional, en un hospital, una farmacia y empecé a investigar el terreno en el que me quería quedar y nada de lo que había probado me había vuelto loca.

Accedí a una beca para realizar proyectos de investigación en el extranjero y me fui a Reikiavik (Islandia). Allí mi mentalidad hizo clic, descubrí otras formas de vivir y que igual el camino que había seguido desde pequeña respondía a unas tradiciones que impone la sociedad en que vivimos.

Descubrí un montón de estudiantes nórdicos que al acabar bachiller se ponían a trabajar para poder viajar por el mundo y volvían hablando dos idiomas. Comenzaban sus carreras con 20 y pico años sabiendo ya lo que querían hacer. Empecé a reflexionar sobre si el camino que yo había seguido era el que yo quería o el que la tradición e imposición de la presión social me había marcado.

Al estar fuera de mi zona de confort, me sentí más libre para replantearme las cosas. Comencé a descubrir el mundo de la cooperación internacional, me empecé a formar, a documentarme y el gusanillo y la pasión por la cooperación internacional se fue alimentando cada vez más. Decido hacer un máster de cooperación internacional en Barcelona y ahí es el otro gran clic.

En el máster, descubrí como está el terreno de la ayuda humanitaria y la cooperación internacional en todo el mundo pero sobre todo en África. Tuve profesores en el máster que estaban enamorados de su trabajo, de lo que habían hecho en África con epidemias de Sarampión, Sida, malnutrición, etc… Vivir en otra cultura, ponerte a prueba a ti misma, entregarte a algo que tiene un propósito muy potente a mí me cautivó y dije: “yo también quiero probar”. Tenía 25 años y empecé en Malaui (África) trabajando como voluntaria con la ONG África Directo con colectivos vulnerables. Personas en estadios últimos de Sida, menores malnutridos, personas con albinismo o personas dependientes y el voluntariado de 9 meses se convirtió en 9 años.

Los frutos que recoges son muy agradecidos cuando el impacto de tu trabajo es cambiar o salvar vidas y mejorar las situaciones. A Malaui le siguió Tanzania y al final me dediqué a esto y fundé una ONG.

Beyond Suncare

Vuestra ONG ayuda a personas con albinismo en África, ¿qué os hizo enfocar vuestro trabajo en este campo de acción?

Las personas con albinismo son perseguidas, primero porque el albinismo no se entiende y cuando las cosas no se entienden se va a la magia y la superstición. Son discriminados por ser distintos y sobre todo en el entorno del Lago Victoria hay supersticiones que dicen que si tienes miembros de una persona con albinismo vas a tener fortuna.

Son perseguidos, mutilados, tumbas profanadas, etc… una sociedad que les rechaza. La falta de conocimiento hace que su peor enemigo que es el sol, sea lo que les mata. Todo lo que tiene que ver con sensibilización, cuidados de estas lesiones, formación y educación no existe. 9 de cada 10 mueren antes de los 30 años por el cáncer de piel.

Atendéis a unas 4.000 personas a través de Beyond Suncare.

Nuestro radio de acción es Tanzania. Allí es donde creamos la primera unidad de producción para fabricar fotoprotectores especialmente diseñados para sus necesidades. Se fabrican íntegramente y localmente. La gestión de ese proyecto la delegamos a la administración del hospital, consideramos que nuestro impacto llega hasta ahí pero la gestión la hacen ellos. Somos consultores por si necesitan apoyo nuestro. Nuestro objetivo es arrancar iniciativas que puedan ser sostenibles e insertarlas en las estructuras, canales de distribución y hospitales para no tener que estar dependiendo de nuestra ayuda.

Tanzania fue la “prueba de concepto”, desarrollamos y dijimos, esto hay que perfeccionarlo y replicarlo en otros países con las mismas necesidades. El fotoprotector se distribuye a los lugares más remotos en un proceso de descentralización. En los ámbitos rurales, hay que formar a esos médicos y personal sanitario de los centros de salud y que ellos sean capaces de hacer esa educación, para protegerse del sol y para cambiar mentalidades. Es muy importante el trabajo con asociaciones de albinismo locales y con el gobierno. Trabajamos con los ministerios de salud porque hay que agitar las consciencias de los que mueven los hilos y hay un trabajo de incidencia política muy importante.

Hacemos un trabajo muy riguroso de medición de impacto, de seguimiento de la adherencia y evaluar como esto realmente está cambiando.

Unidad de producción en Tanzania

Europa – África

¿En occidente somos conscientes de realidades como esta?

Yo creo que no, nos queda muy lejos. El ser humano es egoísta y empatizamos con las causas que nos quedan más cerca, con los problemas que nos son más cercanos. Si digo Alzheimer o Parkinson lo visualizas enseguida. Te hablo de albinismo en África y te tengo que contar todo lo que eso supone. Creo que son uno de los colectivos más olvidados y más vulnerables del mundo. La marginación, el problema antropológico, la pobreza en la que viven y además el sol acaba con sus vidas antes de que cumplan 30 años.

Mafalda Soto, de Ourense a África

Vivir teniendo miedo a irte a dormir por si  por la noche te vienen a secuestrar para cortarte un brazo. Nos cuesta mucho visualizarlo pero es como viven ellos.

Hace poco, la revista Forbes te incluía en una lista de “las otras 100 mayores fortunas de España”, dedicada a aquellas personas que trabajan para mejorar la vida de los demás. ¿Tenemos claro como sociedad lo que significa tener fortuna?

Totalmente. Yo lo tengo muy claro. Una vez cubiertas ciertas necesidades básicas, la felicidad no es proporcional a la fortuna económica como lo hemos entendido tradicionalmente. Va más alineada con el propósito de lo que haces y con el impacto positivo que generes en tu entorno.

Es algo que podemos hacer aquí al lado de casa, la acción social se puede hacer aquí. Que una revista como Forbes empiece a valorarlo es que se están cambiando las reglas del juego y a mi modo de ver, muy positivo.

¿Cómo os ha afectado la pandemia?

Nos ha afectado porque tenemos proyectos en otros países con un componente de formación y no se podía viajar, no se podía entrar en el país. Nos ha influido en la capacidad de levantar fondos, la economía está tocada y la gente mira mucho a que dedica los recursos.

También nos han afectado mucho las propias restricciones de movilidad en los países en los que trabajamos. Cierran colegios, cierran centros, no puedes moverte para hacer una formación o una distribución y eso también ha afectado al proyecto.

De todas formas, se cierra una puerta y se abre una ventana. Nos hemos reinventado, hemos trabajado en covid, hemos hecho educación, distribuido mascarillas, material y hemos alineamos en nuestra formaciones elementos anticovid.

Una sociedad solidaria

Y la sociedad, ¿somos más solidarios o todo sigue igual?

He podido comentar con otros directores de organizaciones y vemos que esas pequeñas aportaciones que tenemos continúan, eso dice mucho del tipo de donante que tienes. Con sus ahorros, sus 30€, 20€ o su cuota mensual, está ahí. Igual para él, porcentualmente, es un sacrificio muy superior al que puede hacer una gran entidad. A la hora de la verdad, dice mucho de la sociedad la aportación de cada individuo.

Cada aportación individual supone que tocas corazones, consigues que la gente se implique, remueves consciencias y nos parece muy representativo de la sociedad en que vivimos.

Removiendo consciencias

¿Tu principal lucha como directora está en conseguir remover conciencias?

Mi labor como directora no es actuar con “moralina”, no es juzgar.

Suelo tener la cabeza más puesta en África que aquí. Cómo funcionan los proyectos, que se implementen bien, que lleguemos de la manera correcta a las personas adecuadas, que culturalmente respetemos las maneras de trabajar allí.

Mafalda Soto, de Ourense a África

Aquí, hacer una labor de comunicación y de sensibilización porque sí que creo que es importante que se sepa lo que está pasando. El mundo es global y lo es para todo. Creo que es importante hacer que el mundo sea un poco más pequeño en el sentido de que las distancias desaparecen. Mostrar otras realidades que son igual de reales, problemas que son de verdad, sin pretensiones, sin acusar. Es importante mostrar la realidad tal y como es.

Mi labor es ser la mano que mueve los hilos, coordinando a los de comunicación con los que implementan proyectos, con el equipo en terreno, buscando financiación, divulgando lo que hacemos, sensibilizando la problemática de las personas con albinismo en áfrica y sobre todo creando alianzas.

Creo mucho en la creación de alianzas para conseguir que los objetivos salgan adelante. Ser esa “meiga” que consigue que esas alianzas salgan, que une, que hace que esa telaraña está muy bien entretejida para que perfiles muy distintos se unan por una causa común. Es un trabajo duro, de pico y pala, pero muy bonito.

Mafalda Soto en Ourense

¿Te vamos a ver en Ourense con alguna iniciativa?

Ahora mismo es que ni puedo. Tenemos un proyecto que queremos mimar antes de lanzarlo. Es un proyecto nacional y esperemos que pronto internacional.

Mafalda Soto en el TEDx de Ourense
Mafalda Soto en el TEDx de Ourense

Queremos lanzar una línea cosmética social y los beneficios destinarlos a Beyond Suncare para poder expandir nuestros proyectos de una manera más eficiente. Llevamos más de tres años y esperamos lanzarlo en 2021. Estamos pensando en arrancarlo a través de una plataforma de crowdfunding. Es una iniciativa muy rompedora que supone implicarte con una causa de una forma distinta.

Entrevista realizada a Mafalda Soto el 15 de febrero de 2021.

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