Cajón desastre

¿Sabemos lo que bebemos?

¿Sabemos lo que bebemos cuando abrimos el grifo? ¿Tenemos claro qué sustancias lleva el agua potable que bebemos de forma habitual?

Vamos a intentar aclarar en qué consiste el proceso que se realiza para que el agua que sale de nuestros grifos sea potable.

Los primeros sistemas de agua potable

Hace miles de años, las civilizaciones antiguas comenzaron a comprender la vital importancia de disponer de agua limpia y segura para prevenir enfermedades transmitidas por el agua. A lo largo de la historia, han empleado diversos métodos ingeniosos para purificar este recurso esencial. Veamos algunos ejemplos de los primeros sistemas de potabilización del agua:

1. Ebullición: La técnica más antigua y confiable implicaba hervir el agua durante un período específico. Este proceso permitía la eliminación de una amplia gama de microorganismos patógenos, incluyendo bacterias y virus. Incluso en la actualidad, en lugares sin acceso a sistemas de tratamiento modernos, esta práctica sigue siendo una salvaguardia contra enfermedades transmitidas por el agua.

¿Sabemos lo que bebemos?

2. Filtración: En distintas culturas antiguas, se desarrollaron sistemas rudimentarios de filtración empleando arena y grava. El agua era conducida a través de capas de estos materiales porosos, logrando atrapar partículas sólidas y microorganismos, mejorando así su calidad y seguridad.

3. Sedimentación y Decantación: Civilizaciones como la egipcia empleaban estanques y tanques de sedimentación para permitir que las partículas más grandes presentes en el agua se asentaran en el fondo. Posteriormente, el agua decantada se extraía para su consumo. Este método refleja la observación de la naturaleza para obtener agua más limpia.

4. Uso de Desinfectantes Naturales: Algunas culturas aplicaban métodos naturales de desinfección, aprovechando el poder del sol y del calor solar. Dejar reposar el agua bajo la exposición solar durante horas o incluso días, se convertía en un mecanismo eficaz para eliminar microorganismos patógenos.

5. Sustancias Desinfectantes Naturales: Algunas civilizaciones antiguas hacían uso de sustancias como el sulfato de cobre o el sulfato de hierro, conocidas por sus propiedades desinfectantes, para tratar el agua y hacerla segura para el consumo.

6. Fermentación y Destilación: Aunque más asociados con la producción de bebidas alcohólicas como la cerveza y el vino, los procesos de fermentación y destilación a menudo también contribuían a la eliminación de microorganismos patógenos en el agua, lo que aumentaba la seguridad del líquido.

Es fundamental reconocer que, a pesar de su ingenio, estos métodos tempranos presentaban limitaciones en comparación con los sistemas de tratamiento modernos. No garantizaban la eliminación completa de todos los contaminantes. A medida que avanzaba el tiempo, la tecnología y los productos químicos desinfectantes mejoraron, lo que permitió a las sociedades modernas ofrecer un suministro de agua potable seguro y confiable a sus habitantes.

¿Sabemos lo que bebemos?

¿Sabemos lo que bebemos?

Aunque el agua del grifo suele ser segura para el consumo humano, en algunos casos, se pueden añadir sustancias para mejorar su calidad, tratar problemas específicos o cumplir con ciertos estándares de potabilidad. Las sustancias que se añaden al agua del grifo pueden variar según la ubicación geográfica y las regulaciones locales. Algunas de las sustancias más comunes que se agregan al agua del grifo incluyen:

  • Cloro: El cloro es un desinfectante comúnmente utilizado para matar bacterias, virus y otros microorganismos presentes en el agua potable.
  • Fluoruro: El fluoruro puede agregarse al agua para prevenir la caries dental y mejorar la salud dental en general.
  • Cloramina: Una combinación de cloro y amoníaco que también se utiliza como desinfectante y tiene una acción residual más prolongada que el cloro solo.
  • Dióxido de carbono: A veces se añade al agua del grifo para mejorar el sabor y corregir el pH.
  • Sulfato de aluminio: Se utiliza como coagulante para ayudar a eliminar partículas y materiales suspendidos en el agua durante el proceso de tratamiento.
  • Ácido fosfórico: Puede agregarse para ajustar el pH del agua y evitar la corrosión de las tuberías.
  • Ozono: En algunos sistemas de tratamiento, el ozono se utiliza como desinfectante alternativo al cloro.
  • Peróxido de hidrógeno (agua oxigenada): También se puede usar como desinfectante y para eliminar olores y sabores no deseados.
  • Sales minerales: En áreas donde el agua es deficiente en ciertos minerales, se pueden añadir sales para mejorar su composición.

Es importante destacar que las cantidades y tipos específicos de sustancias añadidas al agua del grifo están reguladas por agencias de salud y control de calidad del agua para garantizar que se mantengan dentro de niveles seguros para el consumo humano.

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