Hola, ¿sabrías decirme el nombre de un filósofo? Esta sencilla pregunta tendrá una respuesta correcta en la mayoría de los casos si la efectuamos a personas al azar.
Pero un ligero cambio en la formulación de la pregunta nos puede dejar a cuadros. ¿sabrías decirme el nombre de una filósofa? En ese momento, es posible que por mucho que nos esforcemos, ningún nombre de mujer relacionado a la filosofía nos venga a la mente.
¿De quién es la culpa?
Quizás la culpa es de un sistema que ha obviado la importancia de la mujer en la filosofía o quizás pueda ser de algunos docentes. Aunque el programa educativo no incluya mujeres, los docentes pueden añadir ese contenido que visibiliza el papel protagonista que la mujer ha tenido en la historia de la filosofía.
¿Cómo se arregla?
Una de las respuestas a esta pregunta la ofrecen las docentes María de Toro y Míriam Varela. Tras una recogida de firmas que recibió un apoyo muy importante, María y Míriam las entregaron en el Ministerio de Educación para hacer constar su petición. Esa importante movilización posibilitó que ambas fuesen recibidas por responsables del ministerio como el Vocal Asesor del gabinete del Secretario de Estado de Educación.
La petición es en realidad muy simple. Introducir mujeres en el currículo educativo para que las nuevas generaciones estudien filosofía alejadas de un sesgo patriarcal que ha silenciado el papel de la mujer. Hanna Arendt, María Zambrano, Judith Butler o Simone de Beavoir merecen tener un hueco en el programa de estudios actual.