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La filosofía será feminista o no será

La filosofía será feminista o no será – María de Toro

En este inusual 8 de marzo , en el que habrá menos ruido y gente en las calles, seguirá en pie la convicción de que esta lucha sigue siendo necesaria y nos incluye a todas .

Las que como yo tenemos la suerte de trabajar en el mundo educativo , saboreamos por adelantado la ilusión que rodea a esta jornada. Llevamos días llenando los pasillos de carteles con mujeres que sobresalen en todos los campos imaginables: científicas, exploradoras, escritoras, artistas, deportistas de élite e inventoras, activistas sociales , líderes políticas o intelectuales. Todo para querernos más.

Porque estamos convencidas de que la Educación es la principal vía de cambio social. Hemos asumido el compromiso de dar a conocer a las nuevas generaciones la parte del relato que a nosotras nos censuraron, ocultándonos la participación femenina en el legado histórico y cultural. Privándonos a todas de su ejemplo inspirador.

Conocer la valentía y determinación de las que nos precedieron significa proporcionar referentes a las más jóvenes para que construyan su identidad , amplíen sus expectativas académicas o profesionales y cuenten con otro espejo en el que mirarse más allá de la imagen sexualizada y estereotipada de la publicidad, los medios o las letras de Reguetón . Significa alimentar su autoconfianza .

Pero seguimos observando la misma invisibilización de las mujeres en el currículo educativo o en los libros de texto .Esto es lo que sucede en la materia de Filosofía, en cuyo temario aparecen diez filósofos varones, y ni una sola filósofa mujer.

Es paradójico que aquellos que se adjudican el papel de intelectuales, en posesión del pensamiento crítico, hayan sido los que más se han esforzado en defender los prejuicios de género. En vez de cuestionar la opinión establecida y denunciar los discursos de poder , la Filosofía ( hecha por varones y para varones) optó por legitimar la desigualdad.

A mi entender, se ha traicionado a sí misma al excluir la mirada femenina ante la realidad. ¿Qué clase de Filosofía es aquella que prefiere la miopía, y no escucha otras voces?. Desde el desinterés por aquello que piensa la mitad de la humanidad es imposible comprender la Vida. La Filosofía será inclusiva y feminista o no será , continuará usando una lente desenfocada.

Históricamente, lejos de cuestionar el relato mítico-religioso de la culpabilidad de Pandora, Lilith o Eva, los filósofos se arrogaron el derecho de construir (desde su alteridad masculina) una hipotética esencia femenina para desequilibrar la balanza en su favor. Categorizando negativamente lo femenino, como «lo otro”, “lo diferente”o «el error» . Así, uno tras otro, amparados en su prestigio y en las leyes de su tiempo, hablaron más como “clase explotadora” que como filósofos. Enterraron la posibilidad de que fuésemos nosotras mismas quienes diseñáramos nuestra identidad y nuestras vidas. Redujeron nuestros méritos a la maternidad, la belleza y la ingenuidad.

De todo esto se desprende que mientras el machismo es Ideología ,por ser un discurso interesado y legitimador de un sistema de privilegios, el Feminismo es Filosofía porque ha llegado para cuestionarlo todo, incluso a sí mismo.

El machismo excluye, el Feminismo integra. Acoge en su seno a todos los que el patriarcado expulsa del sistema como «no aptos», a los que etiqueta como “minorías”. De ahí el apoyo al resto de causas o colectivos discriminados, como la comunidad negra o indígena, o el colectivo Lgtbiq. Y es que solo la auténtica Filosofía tiene la fuerza y el empuje necesarios para transformar la sociedad hacia un lugar más humano y habitable para todos.

Pero para tener un rumbo claro necesitamos hacer un ejercicio de Memoria histórica. Porque el Feminismo no se ha levantado con actrices de Hollywood y youtubers en redes. Si hemos llegado hasta aquí ha sido por la gran labor de teorización y análisis conceptual de las filósofas desde la Ilustración. Pensadoras que aún hoy desconocemos pero que han dado los primeros pasos para llegar hasta aquí. Rescatarlas es una labor apasionante, porque son heroínas ocultas en la historia. Un tesoro que aguarda ser descubierto, compartido, disfrutado.

Ademas del valor de sus reflexiones, plenamente vigentes , hay que reconocer que en muchos casos, las filósofas tomaban mejor el pulso de la vida y de las urgencias de la realidad social que sus compañeros varones. Es el caso de Olympe de Gouges, que en plena revolución francesa, además de pedir el voto femenino y ser guillotinada por tal atrevimiento, no se olvidó de los problemas de los otros, como la pobreza y la esclavitud. Sus compañeros nunca mencionaron esta cuestión, ni siquiera los teóricos del contrato social y la democracia representativa. La Libertad, Igualdad y fraternidad eran un bien reservado solo a unos cuantos ( hombres, ricos , blancos).

Quiero mencionar también a Flora Tristán, antecedente del análisis marxista de la alienación del proletariado, para quien la mujer representaba “la proletaria del proletario”, lo cual está muy presente en las reivindicaciones de cada 8 de marzo.

Al igual que ella, Simone Weil también se interesó por la Justicia social, renunciando a una vida de comodidades prefirió vivir como una obrera para experimentar en carne propia el frío, el hambre y el abuso. Dibujó con palabras en sus cuadernos lo que supone vivir como una desheredada del sistema. Participó en la resistencia francesa contra los nazis y en las brigadas internacionales en nuestra guerra civil ,de donde extrajo la firme convicción de que ninguna causa, por muy justa que sea, compensa la muerte de un ser humano.

Del lado de los más débiles también se situó Concepción Arenal, viendo antes que nadie la relación entre la falta de oportunidades y la conducta delictiva, denunció a nuestro país en Europa por la situación degradante a la que sometía a los presos, e imaginó una sociedad en la que abrir escuelas supondría cerrar cárceles.

La filosofía será feminista o no será
La filosofía será feminista o no será – María de Toro

Con estos ejemplos… ¿Podemos seguir dudando del poder emancipador que encierran las mentes de las mujeres?, ¿seguiremos manteniendo esa descripción engañosa o seremos capaces de ver al fin la valentía y la determinación , más allá del sexo?.

Algunas dieron la vida por sus ideas a contracorriente , mostrando un compromiso que conmueve. Es el caso conocido de Hipatia de Alejandría, a quien una turba de fanáticos religiosos despedazaron viva por ejercer de maestra y ocupar el protagonismo reservado a los hombres, en la antigüedad.

O la ya mencionada Olympe de Gouges, guillotinada para escarmiento de las demás, por demandar el derecho a la ciudadanía y a la libertad. No quiero omitir a Rosa Luxemburgo, que rechazó la intervención en la Primera Guerra Mundial como algo impropio del ideario socialista y por ello fue brutalmente asesinada.

Y en la lista infinita de figuras imprescindibles, muchas otras siguen siendo una fuente de inspiración en nuestra lucha por la igualdad, como Mary Wollstonecraft, que reivindicaba en el XVIII una educación igualitaria o Alexandra Kollontai en la Rusia de Lenin , pidiendo la igualdad salarial, el reparto de tareas y cuidados , así como la responsabilidad del Estado en proporcionar educación afectivo sexual ,exactamente igual que lo pedimos hoy. Finalizo recordando a Simone de Beavoir , porque ella que nos enseñó que no hay una única forma de ser mujer sino muchas, por lo que somos libres para inventarnos y decidirnos.

Todas ellas regaron en el pasado nuestros sueños de una sociedad más justa, en la que el género no determine los derechos ni oportunidades de nadie. Su herencia es nuestro presente , aunque no sepamos rastrear nuestras metas en sus nombres.

Despertemos de esta amnesia colectiva y brindemos hoy por ellas, por nosotras , y por las que nos sucederán en el camino.

María de Toro González  (Profesora de Filosofía)

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