Ligar en tiempos de pandemia – Dana Ferreiro
Yo he estado en Tinder. Lo asumo.
La cosa empezó cuando esta aplicación salió. No hacía falta usarla, como para saber que gente aleatoria, que ni fu ni fa con la que charlabas, te decían que la usaban… ahí viste que igual era un mercado raro. Por eso, no me interesó.
Ligar en tiempos de pandemia
Pasan los años y conoces más historias, hasta de gente cercana… y un día te ves sola, con ganas de conocer a alguien con quien puedas sentir mambo dentro… y ahí que vas.
Para empezar mentí en mi edad y por supuesto mi nombre. Pero como buena novata y algo tonta, puse fotos reales. Vale. Yo se que no debería haber puesto fotos reales de mi persona, pero un día llegareis a ese punto en el que dices… ¿por qué no? Es como cuando te ofrecen una droga que no te va a hacer nada, solo darte ese subidón de gustar a alguien.
Directo al cerebro.
Total, que empecé a dar likes en base a las fotos y a la descripción, por que claro, en mi cabeza tenía sentido que todo el mundo hiciera lo mismo, y bueno, hubo de todo.
Gente con la que hablar era monótono, como… no hay nada que saque la chispa para hablar, esto en persona ni me lo planteo.
Y hubo con quien pasé momentos fugaces de conversación divertida, de la que te sacan la sonrisa por que te dan ese chute en el momento. Sabes que mañana no te apetecerá hablar con esa persona, por que el momento ha pasado.
Además, estuve comentando perfiles con mi grupo de amigas. Y se que aunque esté feo, siempre está bien escucharlas. Y de paso, echarnos unas risas.
Próxima entrega: tipos de perfiles de hombres-hetero que abundan en tinder.