La polémica surgida durante la retransmisión de las campanadas de fin de año en La1 tiene respuesta en Ourense de la mano de D. José Manuel Pérez Salgado.
El Director del Instituto Teológico Divino Maestro y Delegado episcopal para el Seminario publica una carta abierta dirigida al Ministro Félix Bolaños.
La polémica de las campanadas tiene respuesta en Ourense
En una publicación realizada en sus redes sociales, el ministro señalaba el objetivo de reformar el delito de ofensas religiosas. Esta publicación responde a la denuncia que varias organizaciones realizaron ante la acción de la presentadora de la televisión pública al mostrar una imagen de la vaca del Grand Prix caracterizada como el Sagrado Corazón de Jesús.
A esta publicación contestaba D. José Manuel Salgado Pérez con la carta que publicamos a continuación.
CARTA ABIERTA AL SR. FÉLIX BOLAÑOS
Querido Sr. Ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes de España:
Las personas que hemos alzado la voz porque nos hemos sentido ofendidos con lo realizado por la televisión pública española en la noche de fin de año, no somos “ultras” como usted nos califica, somos cristianos. No somos “ciudadanos de segunda” sino españoles como cualquier otro que contribuimos con nuestros impuestos a mantener la radio y televisión pública.
La libertad de expresión no es sinónimo de derecho a insultar y ofender al prójimo (y especialmente a quien sabes que no te va a devolver mal por mal, lo cual muestra la cobardía de quien lo hace).
Pretender derogar el delito de ofensa contra los sentimientos religiosos, que recoge el artículo 525 del Código Penal, es un atentado contra el derecho a la libertad religiosa, el derecho a la libertad de conciencia y el derecho a la dignidad e integridad moral. Se lo ha recordado un comunicado del pasado 10 de diciembre, firmado por todas las instituciones cristianas de España, por las Comunidades judías, y, ¡por cierto!, hasta por la Comisión islámica de España. ¿Está usted llamando “ultras” a todos los musulmanes, judíos, católicos, ortodoxos, evangélicos, reformados, y anglicanos de España? ¿Usted sabe lo que está diciendo? ¿O quiere hacer una retractación pública ante sus inoportunas palabras?
Parece que solo existe libertad de expresión para insultar a los católicos y a los que no están de acuerdo con lo que el Gobierno de España propone. Pero, no se preocupe, porque seguiremos diciendo a quienes nos han ofendido, “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. Y creo que usted tampoco sabe lo que ha escrito porque si lo supiese, no se atrevería a decirlo.
¡Qué Dios lo bendiga Sr. Ministro porque seguiremos bendiciendo a quien nos maldice! ¡Cuente con nosotros! ¡Eso es lo que nos diferencia!
Si eso es ser ultra, ¡vivan los ultras!
¡Sagrado Corazón de Jesús: en ti confío!