El grupo ourensano O Sonoro Maxín no defrauda en su concierto de A Valenzá. A pesar de estar todo el público sentado, la animación fue constante entre los asistentes.
La visita de O Sonoro Maxín a Barbadás se ha convertido en un clásico. Esta formación musical acude todos los veranos al parque de Os Patos para ofrecer una hora de buena música y entretenimiento.
O Sonoro Maxín no defrauda en A Valenzá
De entrada, más que un concierto parecía un examen de oposición. La organización controlaba al detalle cada movimiento para que la seguridad sanitaria se cumpliese al 100%. Agentes de la Policía Local estaban alerta por si ocurría alguna incidencia mientras los voluntarios de protección civil realizaban el control de acceso.
Un recito acotado, con sillas separadas y un control de firmas a la entrada formaban parte del sistema de seguridad. Una vez estaba todo el público sentado, los artistas dieron inicio a su actuación.
Si algo caracteriza a O Sonoro Maxín es la energía que desprende en sus directos. Canción tras canción, iban contagiando una pequeña dosis de entusiasmo y alegría a los asistentes que comenzaban a mover sus cuerpos al ritmo de la música.
A pesar de mantener el culo pegado a la silla, muchos asistentes no eran capaces de controlar los movimientos que sus cuerpos realizaban. El final del concierto, con «quérote máis» y la famosa «licor café» fueron el colofón de un gran concierto.
En el concierto de ayer, O Sonoro Maxín demostró que incluso con el público sentado son capaces de inocular sus espíritu de fiesta a todos los asistentes. Niños y mayores sucumbieron a los ritmos y melodías del grupo ourensano.
