La tortilla de patatas es, sin lugar a dudas, uno de los platos más emblemáticos y queridos de la gastronomía española.
Su sencillez aparente (huevos, patatas, aceite y, en algunos casos, cebolla) esconde un sinfín de debates y pasiones entre quienes la preparan y la disfrutan.
Tortilla de patatas: ¿con cebolla o sin cebolla?
Sin embargo, hay una pregunta que divide a los amantes de este manjar como pocas otras: ¿debe llevar cebolla la tortilla de patatas?
El origen de la tortilla de patatas
Antes de entrar en el debate, conviene recordar el origen de este plato. Aunque no se conoce con certeza quién fue el primer cocinero en prepararla, una de las teorías más aceptadas señala que fue el general carlista Tomás de Zumalacárregui quien, durante el sitio de Bilbao en 1835, improvisó este plato para alimentar a sus tropas con pocos ingredientes. Otra versión apunta a que una ama de casa navarra, con escasos recursos, habría inventado la receta para satisfacer a sus hambrientos visitantes.
Lo que sí es claro es que, en sus primeras versiones, la tortilla no llevaba cebolla. Entonces, ¿de dónde surge esta variación?
El papel de la cebolla: sabor y textura
Los defensores de la tortilla con cebolla argumentan que este ingrediente aporta jugosidad y un dulzor característico que equilibra el sabor de las patatas y los huevos. Al caramelizarse durante la cocción, la cebolla añade matices que hacen la tortilla más sabrosa y suave. Además, quienes optan por esta versión suelen señalar que, gracias a la cebolla, la tortilla se mantiene jugosa durante más tiempo, evitando que se reseque rápidamente.
Por otro lado, los partidarios de la tortilla sin cebolla sostienen que su presencia enmascara el auténtico sabor de los ingredientes principales: las patatas y los huevos. Para ellos, la simplicidad es la clave y la cebolla es un añadido innecesario que distorsiona la receta original. Además, consideran que una buena técnica y el punto justo de cocción son suficientes para lograr una tortilla jugosa y deliciosa sin necesidad de más añadidos.

El voto popular: una batalla sin fin
Encuestas recientes muestran que la división es casi perfecta. En muchas regiones de España, como Galicia y Asturias, la cebolla es prácticamente imprescindible, mientras que en otras, como Madrid o Castilla y León, la versión sin cebolla tiene más adeptos. Este desacuerdo se refleja incluso en concursos y certámenes gastronómicos, donde la elección del jurado puede levantar ampollas entre los asistentes.
En redes sociales, los hashtags #ConCebolla y #SinCebolla acumulan miles de publicaciones, memes y encendidos debates. No es raro ver a chefs de renombre y cocineros aficionados defendiendo con pasión su postura, compartiendo recetas y trucos para lograr la tortilla perfecta según sus gustos.
Más allá de la cebolla: variantes curiosas
Mientras el debate continúa, otros ingredientes han empezado a abrirse paso en la receta tradicional. Pimientos, chorizo, espárragos o incluso queso son algunas de las variantes que han encontrado su lugar en las cartas de restaurantes y en los hogares. Estas innovaciones demuestran que, cebolla aparte, la tortilla de patatas es un plato versátil y adaptable, capaz de reinventarse sin perder su esencia.
La tortilla perfecta es la que a ti te gusta
Al final, el dilema de la cebolla parece no tener una respuesta definitiva. La tortilla de patatas, con o sin cebolla, es un reflejo de la diversidad y la pasión con la que los españoles viven su gastronomía. Quizás la mejor solución sea aceptar ambas versiones y disfrutar de cada una en su momento. Porque, al fin y al cabo, la verdadera tortilla perfecta es la que consigue arrancarnos una sonrisa con cada bocado.