El término blackout se utiliza para describir un corte total de suministro eléctrico que afecta a una región, ciudad o incluso a un país entero.
Un blackout, también conocido como apagón general, es un fenómeno poco frecuente pero de alto impacto.
¿Qué es un blackout y por qué preocupa a las autoridades?
A diferencia de los cortes de luz locales o programados, un blackout implica una interrupción súbita y generalizada del suministro eléctrico, normalmente causada por fallos técnicos en infraestructuras críticas, sobrecargas del sistema, fenómenos meteorológicos extremos o ciberataques. Su duración puede variar desde minutos hasta días, dependiendo de la magnitud del problema y la capacidad de respuesta de las autoridades.
Cuando ocurre un blackout, todos los sistemas que dependen de la electricidad —como semáforos, hospitales, estaciones de bombeo de agua, servicios de emergencia o telecomunicaciones— pueden verse gravemente afectados. Por eso, las consecuencias de un apagón prolongado pueden ser devastadoras, tanto desde el punto de vista económico como social.
En Europa, algunos gobiernos han comenzado a incluir protocolos de prevención y respuesta ante blackouts en sus planes de seguridad nacional. Alemania y Austria, por ejemplo, han lanzado campañas de concienciación ciudadana para que los hogares cuenten con linternas, radios a pilas, agua y alimentos no perecederos.

Un blackout no es solo un corte de luz: es una situación crítica que puede alterar el funcionamiento de toda una sociedad. La preparación, tanto individual como colectiva, es clave para reducir sus efectos.