El Jueves Santo conmemora un conjunto de hechos históricos que marcaron el comienzo del proceso judicial contra Jesús de Nazaret.
Estos incluyen la Última Cena, su oración en Getsemaní y su posterior arresto por las autoridades religiosas judías en Jerusalén.
¿Qué ocurrió realmente el Jueves Santo?
El Jueves Santo, según la tradición cristiana, es el día en que se celebró la Última Cena de Jesús con sus discípulos. Más allá de su carga simbólica y litúrgica, estos sucesos tienen un trasfondo histórico que ha sido estudiado por expertos en historia antigua, arqueología y teología.
Contexto político y religioso
En el siglo I d.C., Jerusalén era una ciudad bajo control del Imperio Romano, administrada por el prefecto Poncio Pilato, pero con fuerte influencia del Sanedrín, el consejo religioso judío que regulaba la vida espiritual y algunas cuestiones civiles del pueblo judío. Jesús de Nazaret había ganado popularidad por sus enseñanzas, sus denuncias contra la hipocresía religiosa y sus supuestos milagros, lo que generaba recelo entre las élites religiosas.
Durante los días previos a la Pascua judía —una de las festividades más importantes del calendario hebreo—, Jesús ingresó en Jerusalén rodeado de una multitud que lo aclamaba como un líder mesiánico. Esto, en un clima de alta tensión política, fue interpretado por las autoridades como una posible amenaza al orden establecido.
La Última Cena y su significado
La cena celebrada por Jesús con sus discípulos la noche del Jueves Santo tiene rasgos propios de una comida pascual judía. Sin embargo, esta cena incorporó elementos simbólicos reinterpretados por sus seguidores. Históricamente, se trató de un acto de despedida en el que Jesús anticipó su muerte y transmitió un mensaje de unidad. La institución de la eucaristía —según los textos cristianos— se sitúa en este momento.

La oración en Getsemaní y la detención
Tras la cena, Jesús y sus discípulos se dirigieron al huerto de Getsemaní, al pie del Monte de los Olivos. Según las fuentes evangélicas, allí Jesús se retiró a orar mientras sus discípulos dormían. En ese lugar fue arrestado por una cohorte enviada por el Sanedrín, guiada por Judas Iscariote, uno de sus discípulos.
Desde el punto de vista histórico, la detención nocturna muestra que las autoridades religiosas buscaban evitar disturbios públicos. El arresto sin previo juicio y la nocturnidad sugieren la voluntad de resolver el problema con rapidez y sin provocar a la multitud que lo seguía.
Proceso previo al juicio romano
Esa misma noche, Jesús habría sido llevado ante Anás y luego ante Caifás, sumos sacerdotes del Sanedrín. El juicio religioso habría tenido como eje la acusación de blasfemia, al atribuirse Jesús un estatus divino. Sin embargo, el Sanedrín no tenía autoridad para dictar pena capital, por lo que el caso fue trasladado a la jurisdicción romana, que abordaría el caso desde la perspectiva de una posible sedición.
Fuentes y límites históricos
Los principales relatos sobre el Jueves Santo provienen de los evangelios canónicos del Nuevo Testamento, escritos entre 40 y 70 años después de los hechos. Si bien no son textos históricos en sentido estricto, muchos estudiosos consideran que contienen elementos históricos plausibles. Entre ellos, la existencia de Jesús, su predicación en Galilea y Judea, su conflicto con las autoridades y su ejecución en Jerusalén.
Los detalles precisos de lo ocurrido en Getsemaní, la figura de Judas o el contenido exacto de la Última Cena siguen siendo objeto de debate académico. No obstante, hay consenso en que ese día marcó el inicio del proceso que desembocaría en la crucifixión de Jesús al día siguiente. Este hecho está ampliamente documentado en fuentes romanas y cristianas primitivas.