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La fotografía se llama Xulio Pazo

La fotografía actual en Ourense se llama Xulio Pazo. Este artista ourensano llegó al espacio fotográfico de Ourense en un momento en el que la transición de lo analógico a lo digital se estaba completando.

La fotografía se llama Xulio Pazo
Xulio Pazo

El mundo de la fotografía había cambiado en relación a las herramientas usadas, del carrete a la tarjeta de memoria, del revelado a la edición en ordenador.

Faltaba sin embargo, un salto hacia adelante en relación al modelo de fotografía que se realizaba. Fotos estáticas e inexpresivas que eran un testimonio fiel del registro de asistentes a un evento pero que carecían de cualquier rastro de emoción.

Xulio Pazo ofrece una nueva visión, más acorde a los tiempos actuales, dejando constancia gráfica de cada sentimiento. Traspasando el umbral del objetivo, somos capaces de revivir cada momento, sonreir o llorar a traves de una imagen.

Aires nuevos para la fotografía en Ourense de la mano de un artista que ha exportado su arte al exterior, talento de Ourense en constante evolución.

La fotografía en Ourense se llama Xulio Pazo


Entrevista con Xulio Pazo (fotógrafo)

¿Qué es para ti la fotografía?

La respuesta más obvia es “una forma de expresión”, pero para mi va más allá del hecho de utilizar la fotografía para canalizar nuestras inquietudes. Creo que la memoria es volátil, y por mucho que grabemos nuestras vivencias en nuestro cerebro llegará un momento en el que ya sólo serán recuerdos difusos. Es una inversión a largo plazo… ver una fotografía dentro de 20 años nos llevará al momento, al lugar y a la vivencia con total nitidez.

La memoria y el tiempo no son buenos aliados, la fotografía se encarga de subsanar ese defecto, y esto es lo que me apasiona. Hay dos fotografías que han marcado mi vida tanto personal como profesional, y aunque pueda parecer muy lúgubre es muy esclarecedor… fueron en un cementerio, el de mi pueblo.

Una de ellas era una lápida en el suelo con todas las letras borradas por una rebarbadora… mi pensamiento fue que de esa persona ya no quedaba ni el nombre, un olvidado… la segunda otra lápida con una pequeña foto en blanco y negro… leía el nombre, veía la foto y me decía: “eres Arturo”. Estaban separadas unos metros. Ahí me di cuenta del poder de la fotografía.

¿Cómo es el camino desde tu primera foto hasta tu primer trabajo profesional?

Ufff… muy largo. Hace más de 20 años que empecé a fotografiar, y hasta mi primer trabajo profesional transcurrieron 10 años de aprendizaje, de ensayos y errores… muchas horas viviendo la fotografía.

Al principio eran una secuencia de referencias visuales y compositivas, me pasé años buscando significados para cada fotografía. Recuerdo que mi primer trabajo (personal, no profesional) con un poco de coherencia fue durante la tragedia del Prestige, ahí empecé a comprender el trasfondo de un reportaje, el unificar en un único mensaje una amalgama de fotografías que te condujesen a un mismo destino.

Es el fotoperiodismo en su estado más puro, documentar sucesos o personajes con un mensaje claro que transmiten todas y cada una de las fotografías. ¿Y cómo se enlaza esto con mi trabajo profesional?

En el fondo estoy documentando sucesos y personajes, estoy creando fragmentos de vida en forma de imágenes y de personas que de otro modo acabarían en la memoria volátil, y convirtiendo esos momentos en documentos gráficos e imperecederos… y con ese mensaje claro, que lo que capto es lo real y no solo eso, es la realidad bajo mi forma de ver esa realidad, la realidad que se muestra delante de mi.

La fotografía se llama Xulio Pazo
Xulio Pazo

¿Qué le aporta tu forma de ser a tu trabajo fotográfico?

Todo. Tienes que ser tú mismo, ver el mundo desde tu prisma. Un trabajo en el que no muestras quién eres es falso, y por desgracia la falsedad se ha convertido en lo cotidiano. Todos vemos el mundo de una forma diferente, nuestro tesoro más preciado es nuestra forma de ser y nuestra forma de ver.

Trasladando esto a tu trabajo el resultado es una visión única. Es verdad que todos nos contaminamos, sobre todo hoy con tanta información visual, pero creo que cuanto más pura mantengamos nuestra visión, más personal será nuestro trabajo. El querer ser como tu ídolo sólo te lleva a la mediocridad, a la indiferencia… en eso precisamente se está convirtiendo la fotografía a nivel global.

Como siempre, la respuesta más sencilla es la ideal… se que suena tópica “pero sé tu mismo”, sin embargo, nos complicamos demasiado y buscamos referencias, iconos a los que imitar… normalmente porque no tenemos ni idea de lo que queremos, y esa es la premisa clave, saber a donde quieres llegar.

Siempre recuerdo cuando me preguntaron como llegar a tener un estilo propio, y la respuesta es clara… no puedes buscar un estilo, el estilo te encuentra a ti mismo, porque eres tú el que lo crea cuando ves como realmente ves, entonces te das cuenta que la búsqueda es inútil. Eres tú, si no eres capaz de mostrarte a ti mismo en tu trabajo entonces quizás no sea ese tu trabajo.

En la fotografía profesional, ¿hace falta más técnica o más instinto?

La técnica es sencilla, y más hoy en día donde tenemos toda la información al alcance de un click. Aun así, es imprescindible la técnica… la cámara tiene que ser una parte más de nuestro cuerpo y que funcione de forma autónoma como nuestros músculos, no podemos pensar en la herramienta, y tenemos que decidir en cada momento que parámetros utilizar, pero de manera automática, sin que nos ocupen capacidad de proceso y que no nos distraigan de lo importante que es el fin, el concepto que buscas en el reportaje.

En cuanto al instinto, no creo que exista… simplemente es volcar todo de ti mismo en lo que haces, lo que ves y lo que sientes… es entonces cuando sale lo que llamamos falsamente “instinto”. No creo que se nazca “fotógrafo” o cualquier otra disciplina, solo es llegar a un resultado sabiendo lo que sientes y a donde quieres llegar.

Has sido premiado a nivel nacional por tu trabajo como fotógrafo, ¿te sientes reconocido en Ourense?

Sinceramente nunca me ha importado. Si, he sido reconocido no solo a nivel nacional sino internacional, pero la verdad es que para mí esos reconocimientos simplemente han sido pruebas que me he impuesto yo mismo y que me han animado a ser cada día mejor profesional. Confieso que me dicen a menudo que no he aprovechado esos premios, pero supongo que será por mi forma de ser, que al final es lo que tienes que trasladar a todo lo que haces.

Y volviendo a la pregunta de si me siento reconocido en Ourense, si y no. Si por todas las personas de Ourense que confían en mi trabajo. Y no porque la fotografía sigue sin ser algo importante aún teniendo la trascendencia que tiene. No porque aún volcando tu trabajo en la cercanía tengo que salir a fotografiar fuera de mi provincia en donde si hay personas que reconocen el valor… lo cual me encanta porque al final lo importante son las personas, independientemente de la distancia. Pero si, a veces me gustaría trabajar más cerca de casa.

La fotografía ha cambiado en los últimos tiempos, el formato digital se ha comido los carretes y los revelados… ¿ha perdido encanto?

Para nada. Son caminos diferentes para llegar a un mismo destino, que es una fotografía. Mi primer laboratorio fue en el baño de mi casa, me pasé horas y horas lidiando con líquidos y jugando con la luz. Ahora mi laboratorio son mi equipo con los dos monitores y me paso igualmente horas y horas para llegar a una fotografía…

La diferencia es que antes era papel, ahora son pixeles. Hemos perdido el papel, es ahí donde si ha perdido encanto. Porque la fotografía se tiene que tocar, el papel no depende de ningún tipo de fuente de energía que nos ilumine las pantallas para verla, está ahí, real, y no en un archivo de 3 Mb que si no tenemos medios no podremos ver. Ese es el encanto que se ha perdido.

¿Está valorada la fotografía profesional?

¿Está valorada una 1906 en la terraza de un bar?… estoy seguro de que si, los hosteleros son empresarios. ¿Está valorada la hora de un mecánico cuando haces la revisión del coche? Seguro que sí, los concesionarios y los talleres son empresarios. ¿Está valorada la fotografía profesional? Rotundamente no, porque no se porque extraña razón los “fotógrafos no somos empresarios o no sabemos ser empresarios”. Ser fotógrafo profesional también es ser empresario, pero por razones que se escapan a mi raciocinio no es así.

Hay una clave en todo esto que es la percepción del cliente, cuando tú quieres comprar algo o tienes necesidad de algo digamos que tu mente ya se hace una idea de lo que te va a suponer en términos económicos. Lo asumes, es una necesidad o es un capricho, pero te haces a esa idea. En fotografía hay un caos, desde lo gratis a lo exclusivo y caro, pero la media es una percepción que siendo realistas no cubre ni costes ni tiempo invertido. Y claro, mantener una empresa con servicios que ni llegan a cubrir costes no es viable. La percepción del cliente no se corresponde con la realidad, y los responsables de esto no son los clientes, somos nosotros mismos, los profesionales. Es entonces cuando compruebas que tarificando como empresario se acaba tu negocio de fotografía.

Y si quieres que sobreviva tienes que hacer el mejor trabajo del mundo para cubrir costes… es como si Rolex tuviese que vender sus relojes a 50 € para sobrevivir, y cuando estás en un sector plagado de Rolex (porque hay mucha calidad) que a duras penas sobreviven pues te da que pensar… esa es la realidad de la fotografía profesional.

Cualquiera con una buena cámara o un móvil “ejerce” como fotógrafo, ¿se impone más que nunca la profesionalización del sector?

Una buena cámara o un buen móvil lo único que hacen es hacer fotografías técnicamente correctas (enfocan bien, tienen resolución, IA y mil pijadas más…). De ahí a saber usar la técnica para llegar a un resultado hay un mundo.

No es hacer la foto, es saber lo que estás haciendo, es tener el control, es saber de antemano a donde quieres llegar, lo que quieres hacer y transmitir, y ahí el equipo solo es una herramienta, es un vehículo para llegar de un punto A a un punto B… pero si no sabemos dónde está o que es el punto B mal nos lo va a decir una cámara o un móvil.

¿Cómo sobrevive el sector en un momento de cancelación masiva de eventos?

Pues como dice la pregunta, sobrevive… el que puede. Un sector con esta especialización en cuanto a eventos tiene una dinámica anual con una temporalidad brutal. Concentras en 5 meses la facturación de todo un año. Eso significa que tienes que vivir 12 meses con lo que generas en 5.

Y si eso falla como está ocurriendo ahora significa que tendrás que vivir 24 meses con lo que no sabes que vas a generar en los 5 meses del año que viene, porque no lo sabes todavía, es una incertidumbre total. El estrés que genera este estado es lo peor porque te bloquea y es complicado pensar… el tiempo pasa despacio y las interrogantes están presentes a cada segundo.

¿Es necesario una mayor regularización del sector de la fotografía?

Estaría genial una mayor regularización, pero como siempre,  la clave es mucho más sencilla. Parte de nosotros mismos. Somos profesionales (de la fotografía o del ámbito que sea). Si como empresarios tarificamos justamente para cubrir nuestros costes y tener los beneficios que nos fijemos, no haría falta ningún tipo de regularización.

El problema es el que comentaba más arriba, no sabemos ser empresarios, hacemos trabajos porque nos gusta o simplemente porque supone un complemento, tarificamos sin pensar en el tiempo que invertimos, que al final es lo más valioso que tenemos.

El tiempo es el gran olvidado en los sectores de servicios, no sólo el tiempo que dedicas a hacer un determinado trabajo, sino el tiempo que dedicas a formarte, a informarte, a ser mejor profesional… ese tiempo es el 70% del tiempo (por poner una cifra realista) que te lleva luego a realizar un mejor trabajo, y no se aprecia ni se valora en absoluto.

¿Hacia dónde camina el sector?

Llevo mucho tiempo siendo optimista… y eso que razones no me faltan para ser pesimista. Hace casi un año fundé junto a varios compañeros de varios lugares de España la asociación AFBE (Asociación de Fotógrafos y Videógrafos de Bodas de España) en un intento de unir y dignificar la profesión de la fotografía y videografía de bodas. El resultado es que hemos recibido de todo… personas volcadas y mostrando su total apoyo al sector (los menos…) y sobre todo muchos palos sorprendentemente del propio sector.

El concepto de “tirar piedras sobre tu tejado” elevado a la enésima potencia. Es por eso que si me preguntas hacia donde camina el sector, pues mi visión es muy “optimista” (lo entrecomillo porque al final tienes que tirar de ironía y reírte…). Podría ser políticamente correcto y decir que hay que ser positivos, pero no me sale, la realidad no es esa y me gusta la realidad. Una empresa que tenga que regalar o casi regalar su trabajo para poder trabajar (no tener beneficio) no es empresa… es una afición, un hobby, sin más… hacia ahí camina el sector.

Eso sí, no pararé de luchar por llegar al optimismo, a que se valore y reconozca no sólo la profesión de fotógrafo profesional sino de cualquier otra disciplina. Si no cambiamos esto, al final se perderán muchos valores (personas) por pura inanición.

Descubre más de Xulio Pazo en su web: Xulio Pazo

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