Hablamos con el ourensano de adopción Kevin Van Wijk para que nos muestre las razones de su flechazo con la ciudad de Ourense y su equipo de baloncesto.
Nacido en Holanda en 1989, este fantástico ala-pivot podría considerarse un trotamundos del basket hasta su llegada a Ourense. En 2013 llega a España y juega una temporada en cada club. Oviedo, Lugo, Melilla y Huesca fueron sus destinos hasta llegar a Ourense.
Su llegada al COB supuso la estabilidad para un jugador que afronta su cuarta temporada en el equipo. Un experimentado jugador que cada semana sigue aportando su juego y su experiencia en la ciudad en la que ha establecido su base de operaciones.
La relación entre Kevin Van Wijk y la afición se ha consolidado a lo largo del tiempo como premio a su compromiso y rendimiento.
Hablamos con el ourensano Kevin Van Wijk
- 2018, ¿tu primer pensamiento cuando te dicen que vas a jugar en Ourense?
Aquella temporada, venía de un gran año en Huesca y quería un reto en un equipo que buscase objetivos superiores y, en los años anteriores, Ourense había hecho buenas temporadas con bastante éxito, jugando bien y, al estar en Lugo jugando unas campañas antes, ya conocía la zona, la cual me encantaba y todo eso es lo que me convence para venir a jugar aquí. Además, el hablar con Gonzalo también me ayudó a decidirme.
- Gran Canaria, Oviedo, Lugo, Melilla y Huesca, ¿qué provoca que en Ourense lleves cuatro años?
Estar aquí y tener a la familia contenta y cómoda, es muy importante para mí. El niño está acoplado en todas sus actividades, ya sean en el cole, el baloncesto, la natación… tiene a sus amigos aquí y, como te digo, que esté feliz es lo más importante por encima de todo. Luego mi mujer también está muy cómoda en Ourense y entonces, no creo que haya mejor lugar para nosotros. Todo esto afecta a las decisiones que yo tomo y por eso llevo ya cuatro temporadas aquí.
- ¿Hasta qué punto te encuentras integrado en el club y la ciudad?
Me siento más integrado que en cualquier otro sitio en el que yo haya estado porque son ya cuatro temporadas y, cada año que pasa, le voy cogiendo más cariño a la ciudad y es recíproco, porque la gente también noto que me lo tiene a mí. Me siento muy identificado con el club y para mí eso es un orgullo en todos los sentidos, porque me hace ver el cariño de la gente y sentir lo que sienten nuestros aficionados y abonados que nos vienen a ver cada semana al Pazo. En definitiva, es una ciudad muy cómoda, en la que la gente es muy abierta y ayuda. Es todo lo que me hace falta para querer tanto a este sitio.
- De estar a punto de ascender a la ACB en 2015 al descenso a LEB Plata, ¿qué falló la temporada pasada?
Fue un cúmulo de circunstancias que se acumularon, un montón de cosas que podría enumerar pero estaríamos aquí toda la semana. El año COVID no ayudó, el formato de la competición tampoco y que hubiésemos pillado malas rachas fue solo una cosa más de las muchas que pasaron. Lo que pasó, pasó. Debemos pasar página, aprender lo que hicimos mal y que no nos vuelva a pasar.
- ¿Cómo afrontas mentalmente un descenso que nadie se esperaba?
Fue duro, sobre todo mentalmente. Debe ser, como te decía antes, un aprendizaje de cara al futuro. No teníamos un mal equipo, tampoco para estar arriba del todo, pero nadie se esperaba lo que sucedió. Cada cosa que pasa en la vida es un aprendizaje para el futuro porque, si todo te sale bien a la primera, no te haces más fuerte y creo que, para nosotros, es una lección de la que debemos aprender para mejorar y ser más fuertes.
- ¿Sorprendió la marcha de Gonzalo García de Victoria tras ocho temporadas?
No me sorprendió en el sentido de que son cosas que pasan en el baloncesto, que la gente busca oportunidades para mejorar y crecer y a veces, los clubs buscan cambios. Él, que al igual que yo estaba muy integrado en la ciudad y en el club, estoy seguro que le dolió tener que irse. Las cosas son como son, es lo que hay y tenemos que seguir mirando para adelante.
- Tus estadísticas de juego son similares a temporadas anteriores, ¿en qué faceta crees que puedes aportar más al equipo?
Las estadísticas son solo números. Yo creo que hay muchas cosas que se hacen en la cancha que no se ven o no se valoran tanto. Traigo la veteranía y el conocimiento del juego para ayudarle a los jóvenes que llegan y a los extranjeros que vienen por primera vez a España. No destaco en estadística, pero creo que puedo aportar mi energía y trabajo para que los compañeros se puedan contagiar de esa energía.
- El inicio de temporada fue inmejorable y de repente, surge una crisis de juego y resultados. ¿El equipo sigue confiando en el ascenso o han surgido dudas?
No hay dudas ya que a lo largo de la temporada hay altibajos pero sí es cierto que fue más seguido de lo que nosotros esperábamos. El camino es largo y todavía queda tiempo por delante para ir creciendo y mejorando para llegar en la mejor forma al final, que es el momento en el que se repartirán los premios.
- Con 32 años, ¿has pensado en el momento de retirarte o aún es muy pronto?
Todo dependerá de los factores que vayan surgiendo, porque no sabes lo que te va a pasar y de lo haya en juego. Ahora mismo me encuentro muy bien, contento de poder jugar y, al disfrutarlo como lo hago, creo que todavía puedo rendir debido a esa motivación. Si no disfrutase, la retirada estaría más cerca pero por el momento me gusta lo que hago.
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